domingo, 10 de agosto de 2014

Atención al cliente

La mayoría de  los clientes se sienten atraídos por la atención que reciben. La atención al cliente hace alusión a la manera en que le ofreces tus servicios y productos al cliente, es decir, la forma en que te relacionas con ellos para satisfacer sus necesidades.

El desarrollo de nuestra empresa se puede ver afectado si no tomamos en cuenta este punto. Existen algunas estrategias que nos pueden permitir mejorar en ese sentido.

1. Es primordial escuchar a nuestros clientes y aclarar sus dudas en todo momento.
2. Hagamos preguntas que nos permitan determinar las necesidades del cliente. 
3. No discutas, busca generar empatía y ser cordial.
4. Ve los problemas como solicitudes
5. No emitas juicios sin saber qué es lo que desea esa persona.
6. No trabajes por obligación, sino por diversión y vocación.
7. Disfruta tu trabajo y emplea la inteligencia 2.0 
8. Pregunta qué opinan sobre tus servicios

Según Juan Carlos Jimenez

Atención no es lo mismo que servicio.
Son dos conceptos que usamos como sinónimos, y está bien. Pero diferenciarlos permite entender por qué al recibir un buen servicio con mala atención, los clientes quedan disgustados.
Igualmente, una falla de servicio acompañada de excelente atención hace que los clientes sean más comprensivos, más pacientes y queden satisfechos del esfuerzo profesional de la persona que los atiende.
Atender no es igual a atender bien.
Los clientes quieren ser atendidos con dignidad, que le presten atención de verdad y se concentren en ellos. Para sentirse bien atendidos necesitan contacto visual, que salgan a su encuentro, que los traten sin fastidio y con aprecio verdadero.
Por falta de formación profesional, la mayoría de la gente que trabaja en atención al cliente no comprende bien esto y ponen la actividad laboral por encima de las personas.
La atención es la forma en que das servicio al trabajar.
La calidad de la atención está determinada por la forma de trabajar de las personas al atender a sus clientes, externos o internos.
¿Cómo miras a las personas que atiendes?… ¿Cómo las escuchas?… ¿Cómo trabajas para ellas?… ¿Lo que haces para ellas lo haces con gusto y dignidad?
La atención es el componente humano del servicio.
Por ejemplo, en un restaurante el servicio está constituido por la calidad de la comida que sirven, el tiempo que toman para servirla, la variedad del menú, el precio, la limpieza de los baños, etc. Pero la comida no llega sola a la mesa, y la forma de trabajar de quien la sirve influye en su sabor.
Igual ocurre con Bancos, empresas de telefonía, supermercados, farmacias o cualquier empresa pequeña. En mayor o menor medida, cualquiera que sea el caso, sus productos y servicios siempre estarán en manos de empleados que los hacen llegar hasta los clientes. La calidad de atención que brinden les sumará o restará valor.
 La atención impacta más a los clientes que el servicio.
Esto no quiere decir que el servicio es menos importante. De ninguna manera. Por definición, las empresas tienen el compromiso de brindar a sus clientes productos y servicios excelentes. Pero es la calidad de la atención lo que influye más en la percepción de los clientes sobre el valor de los productos o servicios de una empresa.
Esto resulta ser muy paradójico, porque la mayoría de las empresas tienen más presupuesto para tecnologías y publicidad que para la formación profesional de sus empleados en materia de atención al cliente. En otras palabras, en la práctica las empresas invierten muchos más esfuerzos en la operatividad de sus servicios que en la calidad de su atención.
Pero las empresas que comprenden estos nuevos paradigmas encuentran más y mejores caminos para tener clientes más leales y fanáticos. Mantenerse mejorando es su norte.
Autora:
Yelindi  Pérez
Consultora en redes de Emprende-TEC
@Yelindi

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